EL GRAN
GRAMATIZADOR AUTOMÁTICO
Adolph Knipe era un
genio que inventó la Aparato o máquina que por un procedimiento mecánico o electrónico obtiene el
resultado de cálculos matemáticos.más rápida del mundo, pero no estaba
satisfecho con eso y su jefe se extrañó y le pidió que se fuera de vacaciones.
A Knipe le gustaba mucho escribir, pero sus relatos no tenían mucho éxito.
Cuando llegó a su Edificio de una o pocas plantas destinado a vivienda unifamiliar, en oposición a
piso. se le ocurrió una idea, hacer una máquina que escribiera
relatos. Fue a enseñarle el proyecto a su jefe, que no estaba muy convencido.
Su jefe seguía pensando que tenía un gran talento pero que su aspecto no le
acompañaba. A Knipe le costó convecerle, pero al final construyeron la aparato creado para aprovechar, regular o dirigir la acción de una fuerza El primer intento fue un fracaso, no salió nada correcto y Knipe le pidió
tiempo para hacer algunos retoques. El segundo intento salió el cuento, pero no
había espacio entre las Segmento del discurso unificado habitualmente por el acento, el significado y
pausas potenciales inicial y final.. A tercer intentó salió como querían.
Empezaron a mandar los relatos a las revistas firmando con sus nombres o con
otros inventados. Ganaron mucho dinero y cogieron mucho prestigio, tanto que
algunos presionaron a Bohlen para que escribiera una novela en condiciones.
Bohlen encargó a Knipe que arreglara la máquina para que en vez de hacer
relatos cortos escribiera novelas. Knipe la arregló, pero le salieron muchosResalto de forma cilíndrica o esférica que se atornilla en algún objeto, para
que sirva de tirador, asidero, tope, etc., según los casos.
y era difícil de manejar. Bohlen practicó hasta que creía que podía
hacerlo, pero se puso nervioso y pisó demasiado el pedal de la pasión. Al
segundo intento todo salió como esperaban. Ganaron aún más Moneda corriente. y cogieron
mucho más prestigio, pero ni con eso se conformaron. Decían que tenían
demasiada competencia, así que Knipe tuvo la idea de hacer firmar a todos los
escritores un contrato en el que dejarían de escribir pero pondrían su nombre
en los relatos de la máquina. Algunos se enfadaron al oír la propuesta de Knipe
y reaccionaron con violencia, pero otros aceptaron.
La mitad de los
escritos ingleses fueron producidos por Adolph Knipe, y a medida que pasa el
tiempo más gente quiere firmar su contrato. Pero el autor del relato se lo está
pensando, y pide a dios que le de valor para no firmarlo.
Roald Dhal